Eraserhead de David Lynch: Análisis e interpretación

Introducción

Las películas vienen en distintos grados de abstracción: hay las que cuentan una historia literal y hay otras que trabajan en gran medida con símbolos. En cualquier caso, parte del proceso de apreciación de una obra consiste en atribuirle sentido. La diferencia es que el sentido de una obra literal se deriva de situaciones reconocibles que son claramente significativas, mientras que una obra abstracta crea su propio conjunto de símbolos no convencionales. Es por ello que la interpretación de una película abstracta como Eraserhead conlleva un proceso de dos etapas, donde hay primero que explicitar y organizar los símbolos mismos antes de atribuirles sentido. 

Eraserhead es una película que puede ser valorada y apreciada sin necesidad de hacer un análisis de su significado. Esto se debe a que cuenta con muy pocos diálogos, la trama es esquemática y su estética muy poderosa. Destacan la iluminación y el sonido que logran magistralmente una ambientación industrial siniestra y agobiante. Además, los personajes y actuaciones son entrañables. Sin embargo, en el plano simbólico es una película exuberante que deja mucho para la reflexión e interpretación. Y a eso me dedicaré en este post.

Con este análisis de la película Eraserhead espero compartir mi opinión no solo sobre dicha obra, sino también sobre una forma de hacer interpretaciones, basada en estos “dos pasos”: el recuento y puesta en limpio de los elementos simbólicos para luego proceder a una interpretación simbólica de la trama. Esta aproximación supone que (por lo menos) las películas abstractas tienen una estructura simbólica subyacente que debe ser revelada a la par de su posible interpretación. Por último, cada quien debe darle un sentido personal a lo que aprecia. 

Advertencia: He agregado información muy relevante en el texto de las imágenes. Además, supongo que el lector o lectora ha visto y conoce bien la película.

Los dos planos generales

Eraserhead trabaja en dos planos generales: el de los lugares y personajes cotidianos y el de los lugares y personajes simbólicos. Esta distinción de planos es exacerbada en la obra pues, como es costumbre de Lynch y uno de sus rasgos característicos, hay constantes pasadizos entre planos. Por ejemplo, el “planeta baldío” que aparece al comienzo de la película es claramente un símbolo que no forma parte de la realidad cotidiana de los personajes, no está en algún lugar, sino que representa algo. Mientras que “La mujer del radiador” es un símbolo que sí parece ocupar un espacio en el escenario real de la historia, tiene un “lugar metafórico”, si se quiere: el radiador. Precisar estos pasadizos o solapamientos de dimensiones es necesario en todo análisis lyncheano, pues afecta enormemente el sentido de la narración superficial.

Algunos críticos o comentaristas tienden a reducir todos estos espacios simbólicos de las películas: o bien a los sueños [¿culpa de Disney?] o bien a la fantasía o mente del personaje [¿Culpa de “El club de la pelea”?] o a dimensiones alternativas en el sentido de la ciencia ficción [¡por lo menos no hay cabida a viajes en el tiempo!]. En estas interpretaciones “literalizantes” se aprecia una obstinada impermeabilidad hacia la abstracción, es decir, se fuerza o reduce todo elemento verdaderamente abstracto a uno real.

Eraserhead tiene muchos elmentos que Lynch reusará en Twin Peaks. ¡Nótese la alfombra!

Lo dicho en el párrafo anterior no va en desmedro del carácter onírico de Eraserhead [onírico = relativo a los sueños]. La obra tiene un claro talante surrealista y, por tanto, expresa un discurrir propio de los sueños. Aunque eso sea incuestionable, no debemos confundir la forma del sueño con la irrealidad del símbolo. Un ejemplo: La escena del encuentro sexual con la vecina hace uso de imágenes no convencionales, ¿es esto un sueño? Algunos creen que sí, pero, ¿qué evidencia hay de que lo sea? A un intérprete literalizante le basta con señalar lo absurdo de las imágenes: “esto no es real, por tanto, es un sueño”.

La escena surrealista con la que se simboliza el acto sexual entre Henry y la vecina solapa el mundo de la cotidianidad con el simbolismo de la película.

En todo caso, que algo sea un sueño no le niega sentido, por el simple hecho de que los sueños a menudo tienen sentido. Lo importante en esa escena, en todo caso, no es que sea un sueño (también podría ser un recuerdo o una representación de su pensamiento): lo importante es su significado.

Una nota sobre la constitución del significado

Para extraer el sentido de algo es necesario establecer distintos tipos de relaciones. Por ejemplo, necesitamos saber a qué refiere el planeta que sale en la película. En la primera escena se superpone la imagen del planeta con la cabeza de Henry, por lo que quedan ambas cosas relacionadas significativamente. Esta es una referencia explícita en la película. Es el tipo de relaciones necesarias en las obras abstractas que sirven para cargar de contenido a los símbolos que la misma obra usará.

La superposición de la cabeza de Henry con el planeta hace entender que el planeta representa la mente o una parte de la mente del personaje.

Sin embargo, esta interpretación sigue abierta y es imposible de cerrar (lo mismo sucede con casi todos los símbolos del film). Alguien podría decir que el planeta no es algo dentro de Henry, sino algo exterior que ha tomado control de él. Discutir estas cuestiones, en todo caso, puede resultar en una pérdida de tiempo. El sentido mismo de la película es abstracto y, por tanto, vago. El trabajo de análisis consiste en extraer los ambiguos sentidos que subyacen a la obra para luego interpretarlos. Es como reconstruir un poema. La reconstrucción de los símbolos no da la interpretación, simplemente pone en limpio la metáfora, cuyo sentido es esencialmente inestable y movedizo.

Pasemos a otro ejemplo: ¿Qué significa el árbol con las raíces sangrantes? Para poder hacer emerger el sentido de este símbolo se requiere vincular otros aspectos y símbolos más de la película, muchos de los cuales son oscuros. Debemos pasar de la forma del símbolo que tiene una referencia más o menos clara (“es un árbol seco”) a elaborar relaciones significativas en la medida en que sabemos más sobre otros significados y hechos que el autor vincula, por ejemplo, el sumergirse de la cabeza en lo blanco o lo negro con el árbol y el bebé como testigos.

El complejo proceso de establecimiento de significación mediante relaciones internas.

Por último, tenemos el caso del “gusanito” que le llega por correo. Este símbolo claramente no tiene ninguna referencia literal: no existe algo como ese gusanito. En ese caso el símbolo está completamente contenido en la obra, sin dejarse referenciar con algo, como sí lo hacía el árbol, ni dándole una función o relación clara, como en el caso del planeta. El gusanito es, en sí mismo, de un modo muy abstracto, el símbolo del misterio. Lynch tira ese hueso para que todos los intérpretes nos volvamos locos royéndolo (aunque casi nadie se atreve ni a mencionarlo). De hecho, el gusanito aparece en el correo y no hay ninguna pista de su procedencia: es un completo misterio. La noción de misterio y de absurdo son fundamentales en el surrealismo. Esto no impide que el gusanito puede ser tratado como un “personaje simbólico” como el hombre en el planeta o la mujer del radiador.

Lo que a falta de mejor nombre llamo «el gusanito»: el símbolo más abstracto de la obra, sin referencia aparente.

La historia cotidiana de Eraserhead

La historia cotidiana, realista o “literal” que se puede extraer de la película es esta: 

Primera parte (la noticia):

-Henry es empleado de una fábrica, viviendo en un pequeño departamento en un barrio pobre del centro de una ciudad industrializada, sombría, peligrosa y carente de naturaleza, amor y humanidad.

-Henry tenía una novia, Mary, pero lo dejó de visitar y él no la buscó porque no sale nunca y tampoco tiene iniciativa, además de que tiene mucho miedo.

-Un día la sensual vecina (que le ha puesto el ojo a Henry) le da el recado de su ex de que vaya a visitarla para que conozca a sus padres. Y así hace. 

-En la incómoda visita a la familia, Henry se entera de que Mary ha dado a luz a un hijo suyo y deben casarse… aunque hay dudas de si es humano o no.

Segunda parte (matrimonio):

-Henry y Mary se casan y se van a vivir a su departamento con la nueva “criatura” que tiene un aspecto no humano. Llevan una relación distante, sin amor ni sexo. La madre no soporta atender a la criatura y se va dejando el “bebe” a Henry, quien queda muy preocupado a cargo del mismo, que incluso llega a enfermar. 

Tercera parte (aventura)

-En ese punto de “padre soltero” tiene una aventura con la vecina, pero ella no parece agradada ni con él ni con su hijo. Él queda interesado en ella, pero la encuentra con otro y ella lo rechaza. 

Cuarta parte (final)

-En medio de su más avanzada desesperación, Henry quita los vendajes del bebé y ante el horror de ver sus entrañas expuestas, lo mata (o intenta matarlo).

Conclusión:

Sin duda que esta historia contada con la técnica que se usa en la película, me refiero a la iluminación, el blanco y negro, lo oscuro y agobiante del ambiente, etc., ya la hace interesante, sin olvidar las perturbadoras y horrorosas escenas de la criatura, su enfermedad y su “muerte”. Todo ello constituye el nivel narrativo de la película

La iluminación en la fotografía de Eraserhead es sublime en su capacidad de crear un ambiente lúgubre y agobiante… Especialmente interesado en el pelo.

Comparación con “Un verano con Mónica”

En este nivel yo haría una comparación entre Eraserhead y “Un verano con Mónica” de Ingmar Bergman. Allí se cuenta la historia de un hombre joven (también trabajador en una fábrica) quien tiene una aventura de verano como una chica que luego queda embarazada. La convivencia con la bebé se hace insoportable y ella no lo atiende. Por último ella lo abandona y le deja al bebé que él llama “la pequeña Mónica” y a quien él deberá cuidar con la ayuda de su tía. El final parece optimista, pues el joven logra amar a la niña al recordar los buenos momentos que vivió con Mónica. 

La cara de Harry al ver a su hija recién nacida por primera vez (“Un verano con Mónica”), sin duda debió ser una influencia para Lynch.

Aunque ambas películas tocan el tema de una relación de pareja con problemas y con un recién nacido no deseado, la película de Bergman abarca, en la primera parte, la aventura amorosa con todo su encanto y, en la parte final, la convivencia. Lynch nunca muestra amor, solo sexo y su personaje, Henry, lejos de reconciliarse con su hijo intenta matarlo. Henry es un personaje vacío sin vinculación emocional, mientras que Harry, el personaje de Bergman, es un chico que está comenzado a vivir y se ha hecho independiente en el proceso de la trama. 

Este punto de la comparación es crucial para mi interpretación. Tanto Harry como Henry ilustran el tránsito del personaje en convertirse en hombre libre. Lynch explora la transformación interior hacia la responsabilidad individual, pero especialmente en el contexto de un mundo industrial sin amor y su vinculación con la sexualidad. 

La ventana con vista al muro de un diminuto departamento en “Un verano con Mónica” es usada también por Lynch en Eraserhead.

Esta es apenas la primera película de un joven Lynch. El film de Bergman es superior en profundidad psicológica y existencial, como lo son prácticamente todas sus numerosas obras. Ahora, para ser justos con el estadounidense, lo que no tiene de profundidad psicológica lo tiene de riqueza simbólica e imaginario surrealista. A eso vamos. 

Hay que recordar que el radiador está debajo de la ventana. Henry mira al radiador para no ver hacia afuera. Cuando lo hace, contempla un acto violento.

Los principales símbolos de Eraserhead

La trama literal de Eraserhead ocupa quizá la mitad de la película. El resto del film lo constituyen los aspectos simbólico en relación con la interioridad de Henry. Estos momentos enriquecen e interpretan el significado de lo que acontece en la narración, dándole a la historia un sentido superior. Son estos elementos los que resultan en la misma medida atractivos y enigmáticos. Tentativamente podrían dividirse en tres contextos principales:

El planeta baldío, el radiador y el cajón misterioso

A cada uno de estos lugares corresponde un personaje: 

El hombre en el planeta, la mujer del radiador y “el gusanito”

Pero también está el símbolo que le da el nombre a la película:

la cabeza de borrador.

y su correspondiente “mundo” donde cae la cabeza a la que le extraen el borrador. Este lugar no corresponde al mundo real, ni al radiador, ni al cajón, ni del planeta baldío.

A parte de estos personajes misteriosos y los lugares a los que les corresponden, existen ciertos elementos surrealistas de pura cepa, entre los que se cuentan: 

El minipollo sangrante, los espermatozoides gigantes, la cama volcan de leche y el árbol seco de raíces sangrantes.  

La sangre inusual que brota de la «naturaleza (aparentemente) muerta» y su asociación con la vida y el sufrimiento (el pollo sufre al ser pinchado).

Existen, claro está, más elementos que requieren interpretación. Agregaría:

La barandilla de la cama como un símbolo fálico y la criatura misma, el bebé (no podía ser de otra manera). 

Vale la pena reconocer los distintos tipos de símbolos con los que tratamos: el planeta baldío es un ejemplo de símbolo abstracto definido; mientras que el bebé es un símbolo mixto pues tiene, además de un carácter literal, un carácter abstracto como “el producto de la unión de esta pareja” o “lo que se gesta en el vacío industrial (sin amor)”. El radiador es parecido: es un objeto real que literalmente “te da calor”, pero Lynch lo convierte en una puerta a la transformación interior del personaje. El gusanito es ese tipo de símbolo abstracto vago cuyo sentido se limita a algunas relaciones formales. 

La clave interpretativa

Por ahora, daré mis claves generales y luego pasaré a justificar y a iluminar la obra con estas claves:

El planeta baldío: Representa un aspecto oscuro de la interioridad de Henry que es negativo, yermo, gélido e inhóspito. La vecina luego de tener sexo con él puede ver “esta parte” y siente desagrado y miedo. Claro que también, más generalmente, por último, representa un aspecto sombrío y alienante de la modernidad. Esta ambivalencia es constante debido a que la obra conecta temas de generalidad variable, trata sobre la paternidad no deseada de un hombre, Henry, pero también sobre la posibilidad de hallar vida y belleza en un mundo industrial alienado y carente de naturaleza. Es así como el planeta es un símbolo de la interioridad de Henry (y de todos nosotros), pero también representa «nuestro mundo artificial moderno» (o una parte de él).

El hombre del planeta: En el interior del planeta vive un hombre en una casa que tiene un boquete en el techo, lo que parece indicar que ha sido bombardeada, el aspecto del hombre y la ventana por la que mira también hace pensar que la ha pasado mal. El hombre maneja unas palancas que dan vida a la criatura-bebé. Podría representar deseos negativos del tipo sexual o el vacío de su despropósito vital, pero también, en un sentido general, el vacío del mundo moderno y su capacidad destructiva y alienante, porque hay una relación entre el hombre del planeta y la luz eléctrica.

FRANKENSTEIN is Based on a REAL “Scientific” Practice! Galvanism ...
El Dr. Frankenstein (1931) tira de una palanca y crea vida artificial, del mismo modo que el hombre del planeta en Eraserhead.

La historia simbólica inicia con el planeta entero en control del hombre (quien parece causar o intervenir en la gestación del bebé) y termina con el planeta parcialmente destruido y al hombre perdiendo el control de las palancas debido a la “muerte” del bebé.

Los espermatozoides gigantes: representan… esperma, especialmente en relación con la criatura, es decir, con la reproducción. Una conexión entre sexo y reproducción que es negativa y esclavizante.

El escenario del radiador: Lo más obvio es que el calefactor representa calidez. La frialdad de lo industrial tiene aún así la capacidad de dar calor. Un calor artificial, pero es el único calor que conoce Henry, además del sexo. Dentro o más bien detrás del radiador hay un receptáculo dentro del cual hay un escenario con luces y cortinas de teatro.  Adicionalmente, el símbolo del radiador está relacionado con uno más general mencionado en la trama: la plomería. Un oculto sistema de tuberías recorre el subsuelo y conecta una infinidad de lugares.

La plomería es un complejo símbolo utilizado en la película para aludir posiblemente a las profundidades del inconsciente.

La mujer del radiador: La mujer del radiador es el único personaje con sonrisa, alegría y esperanza. Representa la belleza, la luz, que contrasta con la oscuridad del planeta. Es un personaje «celestial» antitético del hombre en el planeta. El gran misterio de este personaje son sus mejillas, yo asumo que tiene mejillas de hamster cuando acumula semillas en la boca, pues ella es como un ratoncito que vive en un hueco del departamento (nunca he escuchado que alguien interprete esto).

La mujer del radiador… la película no sería lo mismo sin esta tierna y perturbadora cachetona.

El radiador tiene, por lo menos, cinco apariciones importantes: El primer día que llega a su casa está apagado y pone el calcetín, luego mira a la ventana sin vista. El día que le llega el gusanito por correo, Henry mira sonriente el calefactor, que tiene el escenario vacío, no hay show. Una noche inquieta, después de que lo dejara Mary y de que el bebe enferme, se encienden las luces del escenario y aparece la mujer del radiador esquivando la lluvia de esperma y pisoteando algunos espermatozoides (posible alusión a la masturbación). Más adelante, luego de que se acuesta con la vecina, aparece la mujer del radiador cantando “En el cielo todo está bien” y Henry se va con ella. Por último, cuando descubre a su vecina con otro y ella lo rechaza, ve al radiador apagado. Así, el radiador parece la proyección de un deseo de superación y reconciliación con la vida (que le llega con el gusanito).

La criatura resulta no ser humana, pues no tiene corazón y no sangra como un ser natural.

El bebé: es el producto de una relación sin amor en un mundo industrial. La obligación, el destino, las consecuencias, lo irreversible que viene con el enajenamiento de la voluntad. El bebé no es humano, de eso nos enteramos al apartarse los vendajes y darnos cuenta de que no tiene corazón o incluso órganos reconocibles. La criatura no sangra, sino que deja salir otra cosa (¿Garmonbozia?), al parecer la comida que le dieron durante todo ese tiempo. El pollo sangró, aun había algo de vida ahí, también el árbol seco, pero no el bebé. Al final se nota cómo sin esos vendaje lo que emerge es el espermatozoide del comienzo de la película. Así, el bebé no es más que semen, materialización de los restos de impulso sexual

El espermatozoide sale de su «disfraz», dejando ver todo el alimento “material” que había recibido sin ninguna nutrición (Garmonbozia de Twin Peaks). Nada de leche materna.

La cabeza de borrador: Una de las alegorías más oscuras del film, pero central. La sucesión de eventos es la siguiente: La pérdida de la cabeza debido a que “se sube el pene a la cabeza” y la empuja desde adentro, la sustitución de la cabeza por la cabeza de la criatura-hijo, el bautizo de la cabeza en la sangre del árbol, la caída de la cabeza en otro mundo, la venta de la cabeza para hacer goma de borrar de lápices y, por último, la imagen promocional de la película y portada de este artículo. 

Momento exacto en el que el pene se sube a la cabeza expulsando la capacidad de Henry de controlar su vida y abriendo paso a la criatura-bebé.

Es importante destacar que todo esto sucede luego de haber estado con la vecina en una etapa casi final de la historia y antes de que “mate” al hijo. Para mi es claro que se trata de una escena de transición, donde se manifiesta una posibilidad liberadora para el personaje. Es el anuncio del “rito de paso” de Henry hacia la autonomía de su voluntad. 

La nueva cabeza que está dominando la vida de Henry es el espermatozoide.

El gusanito y el cajón especial: este es, como he dicho ya, el símbolo más abstracto de todos. Los datos de que se disponen son: el gusanito vino del correo, está dentro de una cajita muy mona, venía seco o sin vida, ocupa su propio cajón, luego cobra vida, entra y sale comiendo de huecos en el planeta baldío y en esa medida crece de tamaño hasta que se abre y parece engullir la cámara que luego muestra a Henry sentado en la cama. Esto sucede antes de que esté con la vecina y luego de que extrae los espermatozoides a la esposa y los lanza contra la pared. A partir de esa repentina vida, no se le vuelve a ver. 

Al comienzo de la película, parece indicarse que Henry está esperando la llegada de la encomienda misteriosa. La espera se hace larga en el ascensor. Interpreto que espera su despertar… y está por llegar junto con un bebé.

El gusanito es otro ser extraño como lo es el bebé y tiene cierto parecido con él: llega de la nada al correo, como llegó “de la nada” el bebé. Al principio está sin vida y él lo deja gestando en el cajón sin decirle a Mary, del mismo modo que ella lo tuvo al bebé en su vientre sin decirle nada a él. Luego el gusanito despierta justo después de la escena en la que él saca los espermatozoides de ella y los tira contra la pared, con lo que se expresa su arrepentimiento de tener a su hijo. El gusanito se hace más grande mientras más come hasta devorar a Henry como está haciendo o hará el bebé. Es posible interpretar que el gusanito representa una parte de la individualidad de Henry que está madurando, una maduración que le vino de afuera, con el bebé, que lo obligó a reflexionar y a cuestionar su situación.  

El hoyo (alusión a la vagina y al sexo) como un pasadizo a la esclavitud (una trampa en el planeta baldío) o a la redención.

A lo largo de la película hay constantes referencias a la dualidad «fálico vs. hueco», denotando las dos caras que tienen todos los procesos vitales. Un ejemplo de esto es la barandilla o las tuberías, que son fálicas, pero también son huecas (vaginas). El gusanito expresa muy bien esto pues aunque crece al meterse en los huecos del planeta baldío (¿erección?), termina volviéndose hueco.

El escenario que prepara el rito de paso, una de las escenas claves de la película hace alusión a la satisfacción del impulso sexual sin sentido y sus consecuencias, pero también a la redención a través del sufrimiento.

El pollo y el árbol sangrante: El pene había expulsado a la cabeza de Henry, pero la sangre del árbol hace que la cabeza caiga en un mundo donde se extrae el borrador. El pollo, como otros animales y árboles cultivados por el hombre, es artificial, un producto industrial. Sin embargo, en su interior, oculto, en sus raíces, hay vida, hay sangre, porque hay sufrimiento. Así que el árbol y el pollo representan alienación, pero su sangramiento también recuerda que sigue habiendo vida, porque vida y sufrimiento van de la mano. Parece obvio también que estas son imágenes de parto, de nacimiento y muerte como correspondientes . El parto doloroso es también espiritual, simbolizando el nuevo Henry que debe nacer cuando el planeta baldío sea destruido. La sangre de las raíces representa la pulsión vital de una interioridad oculta.

Lynch asocia a la mujer catatónica fumando con el sangrado de Henry. De nuevo: parecen muertos, como el árbol seco o el pollo, pero hay vida, corre sangre por sus venas y sufren en silencio.

Los seres humanos también somos seres artificiales, pero vivos y sufrientes al fin. Así como podemos vender nuestra capacidad mental y vital para el sistema industrial y se puede alienar el amor en el sexo sin sentido hasta el punto de la destrucción masiva, así también las capacidades mentales y los impulsos vitales puede ser usados de forma libre: la cabeza enajenada por el sexo y la producción industrial también puede dar vida mediante el sufrimiento (más sobre esto luego).

Interpretación de Eraserhead

Con estas claves interpretativas es posible darle sentido a la obra. Por su puesto que no existe una sola interpretación, sino que son símbolos abiertos que pueden entenderse de distintas formas. 

Henry vive en un mundo industrial sin amor. Él es un individuo vacío, sin voluntad, apenas con un instinto sexual que controla sus apetitos de un modo elemental y carnal. Este aspecto sexual de Henry no es obvio en la historia literal, pero lo es todo en la historia simbólica. Esto demuestra una gran represión sexual: Lo sexual como algo oscuro y oculto. De su unión sexual con Mary surge una criatura que lo sentencia a una vida sin salida. Pero Henry comienza a “gestar” también vida, de otro tipo, no como un “espermatozoide disfrazado” que es el bebé, sino como un impulso de su voluntad individual: un deseo de ser feliz, representado por el gusanito que le llega por correo. Este deseo se irá desarrollando a la par con la llegada del bebé. ¿De dónde ha llegado este deseo, esta vida? Pues, ¿de dónde viene la vida? Un misterio. Mary le dejó un mensaje por teléfono, la vecina tocará a su puerta y ese impulso le llega por correo. A él las cosas le llegan, pues no se atreve a salir. 

El ojo de la criatura (y la criatura misma) recuerda a los ojos de las ilustraciones de H. R. Giger, también siniestras, perturbadoras y cargadas de simbolismo sexual.

Uno de los mensajes de la película es “encontrar belleza y luz radiante en lo oscuro, en lo industrial”. Henry logra encontrar belleza, calor, amor y luz en la figura de la mujer del radiador, quien evita los espermatozoides y los pisotea, negando la superficialidad de la energía sexual desperdiciada. Es como si en esta etapa Henry hubiese querido aproximarse al amor desde el sexo, pero ella lo esquiva amablemente. Entonces sucede esta escena en la que se manifiesta su arrepentimiento de haberse acostado con Mary, donde se arrepiente de ser ser padre, al arrancar los espermatozoides de la mujer y lanzarlos contra la pared.

La escena en la que Mary saca la maleta de debajo de la cama, también tiene una connotación sexual (el coito) y su relación con el parto. También aquí Mary muestra remordimiento.
Luego de cuidar al niño por algunos días, también Henry expresa su arrepentimiento, sacando los espermatozoides del vientre de Mary y estrellándolos contra la pared.

Es en este momento decisivo en que el gusanito cobra vida y comienza a corroer la mente vacía de Henry mientras crece y hace más fuerte (pues se está alimentándose del planeta baldío): él, que siempre fue sin voluntad, ahora comienza a tener una, pero negativa, desea salir de la situación en la que se encuentra. Su malestar ha hecho despertar su conciencia y ahora reflexiona sobre sí mismo y sobre lo que quiere, hay vida en él, pero aun no tiene una dirección. Así como el bebé lo consume de forma negativa, así también su interioridad lo consume negativamente. El gusanito parece que va a devorar al personaje como intenta devorarlo el bebé al final, pero en ambos casos lo que se logra es impulsar y llevar a Henry a la posibilidad de dar un giro a la situación, de revertir lo irreversible, de encontrar la libertad en plena esclavitud y la belleza en este mundo oscuro.

El gusanito devorando el planeta es un símbolo del desperar de la conciencia de Henry.

Aquí hay que destacar el motivo escheriano en el caso del gusano: el gusano está en el cuarto, pero cuando vamos dentro del gusano vemos que dentro de él está el cuarto. Eso recuerda a las ilustraciones de Escher y será un motivo que usará Lynch en otras películas. Que el gusano dentro de la habitación devore la habitación es, entiendo yo, un símbolo de la reflexión, de la autoconsciencia que ha despertado en el personaje. 

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La última escena en la que aparece el gusanito recuerda al cuadro de Escher «El espacio distorsionado» donde un hombre mira un cuadro donde está él mirando al cuadro. Este será un motivo recurrente en la obra de Lynch. Nosotros también, al reconocer el paradójico motivo, nos reconocemos como el espectador que se ve a sí mismo al ver la obra.

De nuevo, el destino le toca la puerta a Henry y él se refugia en el sexo con su vecina. Se sumergen en ese líquido blanco (leche, semen) que representa el placer carnal. Luego de que las pasiones se calman, posterior al orgasmo, se ve como se corta el líquido blanco y se separa. Es así como la vecina logra divisar el vacío y desesperación de este hombre, pues logra ver el planeta baldío. Él, sintiéndose vacío luego del sexo, se refugia en el calefactor, allí está su deseo de ser feliz de nuevo, de hallar la plenitud. La mujer del radiador tampoco ofrece una luz natural, no es el sol, pero es belleza dentro de este mundo industrial, es amor, alegría y esperanza en medio de la más completa devastación. Pero no puede estar con ella, algo se lo impide: aparece el hombre del planeta, regente de los impulsos oscuros y el vacío de Henry. 

El líquido blanco apartándose simboliza lo efímero del placer sexual… o también podría simboliza un evento de impotencia sexual.
Luego de acto sexual (o a causa de la impotencia de Henry), la mujer logra ver el planeta y siente miedo y rechazo.

Aparece la mujer del radiador cantando «En el cielo todo está bien, tu tienes tus cosas y yo las mías». Esta letra es ambigua (no puede ser de otra manera) y recuerda que la mujer del radiador y su luz no es real, es un refugio individual, pero no por ello deja de ser bello y esperanzador. Este es uno de los mensajes más importantes de la película: además de un impulso sexual «evasivo» que intenta «borrar lo feo», el ser humano también tiene un sentido «espiritual» que puede emerger toda vez que hayamos desviado a atención de lo carnal y posesivo (la posesión del amor, bien del amor entre padres e hijos o entre parejas). Este poder esperanzador del humano es tan fuerte que incluso en un contexto de máxima devastación como lo es el mundo de Eraserhead (algunos lo llaman «post-apocalíptico) logra captar belleza y sentir plenitud en su interior. El mensaje es ambiguo y quizá por eso profundo y valioso: terrible y bello.

La foto de la explosión nuclear sobre el árbol seco es destrucción, pero la sangre que luego emergerá de sus raíces es esperanza. Las raíces del árbol casi tocan el corazón de Henry, quien manosea un hilito salido de la manta con hoyos (de nuevo la ambivalencia entre el «gusanito» y lo hueco)

Sin embargo, Henry aun no está listo. Aparece el hombre del planeta como un impedimento. Entonces sopla un viento que aparta a los espermatozoides y desaparece el hombre del planeta, en señal de la llegada del árbol seco. Lo que demuestra que el árbol es contrario al hombre del planeta y tiene la capacidad de librar a Henry de su gran problema: el hijo. Entonces Henry se coloca en un costado mientras manipula una barandilla, que representa su obsesión con el pene y la sexualidad, [hay unas cortinas que cubren la parte baja del cuerpo, censurando las partes más explícitamente sexuales],  tanto es así que el pene sale por el cuello y expulsa su cabeza que aunque cae tras las cortinas bajo la barandilla, es atraída al centro del escenario.

La némesis de Henry («El hombre del planeta) habita dentro de él y está por tomar total control sobre él mediante el hijo-espermatozoide. El pelo está artificialmente peinado.

Aquí se revela que el árbol aun tiene vida y sufre. Sucede entonces un bautizo de sangre, de sufrimiento y esperanza donde se inyecta vida a la vacía cabeza que está siendo controlada por el pene, es decir, la sangre que normalmente se dedica a la erección de miembro, ahora va a la mente, alimenta la conciencia. En la misma medida al cuerpo decapitado le sale la cabeza del bebé porque el bebé ha secuestrado la vida de Henry, como normalmente haría cualquier hijo hasta cierto punto (o el amor posesivo, en general), pero en el caso de Henry es por una paternidad «artificial», complemente sexual, sin amor. La criatura ya casi ha tomado el control y el hombre en el planeta está cumpliendo sus planes, pero, la sangre del árbol interviene para salvar a Henry.

La sangre permite que la cabeza vaya a otra dimensión donde será “refaccionada”, pues dentro de sí tiene el poder de enmendar las cosas (ahora que ha sido bautizada por la sangre de la vida, por el sufrimiento y la responsabilidad). Esta capacidad es reconocida por el indigente en su banco, quien hubiese deseado poder coger esa cabeza y usarla como borrador para rehacer su vida, pero se la lleva un niño al que le pagan por ella y que la conviertan en borradores. El niño puede representar, de nuevo, al bebé, quien es responsable de que Henry logre tener la capacidad para “borrar” lo que ha hecho y salir de su situación (aunque en un sentido negativo): de nuevo, la ambivalencia.

El niño llevando la cabeza escoltado por dos flores da un giro al fatídico destino de nuestro personaje. Este es un niño de verdad, quizá su verdadero hijo.

En una escena crucial, el técnico prueba el borrador y barre hacia un lado las esquirlas que flotando en el aire sirven como transición a la escena donde se ve a Henry preocupado. Está en su peor momento, pues el radiador está apagado.Ya está pensando en dejar todo atrás. En usar su cabeza no como pene-borrador, sino como una mente y voluntad borradora, liberadora. Entonces, mientras que en la escena anterior está arrepentido, acá comienza a estar más convencido de lo que quiere, o más bien, de lo que no quiere: no quiere terminar como un indigente a quien un niño le ha secuestrado su vida. Con el pene (el sexo), el hombre intenta borrar el sentido de un impulso vital, pero el bebé le recuerda que ese impulso es el impulso de la vida misma en su sentido más profundo. Ahora debe usar esa capacidad de “borrar” para aplicarlo a sí mismo (el gusanito tiene este efecto reflexivo) y dejar de negarse a la vida.

En la parte final de la película se muestra la indecisión de Henry de dar este paso de cambiar su conducta. Está deseoso de volverse a encontrar con la vecina (quien simboliza muy posiblemente la prostitución), de lo cual se burla el bebé, quien ya se siente dueño y campeón. Entonces él ve como la vecina está con otro y lo rechaza por que él lleva el estigma de su criatura. 

El radiador apagado es el punto más bajo de Henry, luego de que viera a la vecina con otro y antes del filicidio.

Ya no hay escapatoria. Henry decide tomar la decisión, no de matar al hijo, sino de ver realmente de qué está hecho y se da cuenta de que no es humano, pues no tiene corazón u órganos humanos. Entonces es cuando Henry, que nunca había tomado una decisión en su vida, apuñala las entrañas falsas de esta criatura y resulta que es un “espermatozoide disfrazado”, es ese espermatozoide enviado por el hombre del planeta, un símbolo de cómo él ha caído presa de una «unión vacía» y artificial. El monstruo lo observaba, se burlaba de él, lo había sustituido y estaba sentenciándolo, porque no era algo humano, había sido gestado en el vacío.

La vinculación entre la luz eléctrica y la lucha de Henry señala a la modernidad como lo haría también el Frankenstein de Shelly.

Es así como Henry se vence a sí mismo y se convierte en un hombre con una voluntad propia, en dueño de su energía e impulso vital. El planeta es parcialmente destruido y en el proceso se ven las esquirlas de borrador flotando tras Henry: ha usado su cabeza para borrar lo que ha hecho mal, en lugar de usar su pene para ir borrando sus días. Ha logrado mover él mismo las palancas que habían sido controladas por el hombre del planeta, que ha sido vencido.

Pero se trata de una batalla, no la guerra, pues el planeta se fragmenta parcialmente y ya se había visto que la casa del hombre del planeta estaba bombardeada. Esto muestra que hay una lucha permanente en el hombre por hacer emerger una verdadera voluntad de vivir en la medida en que controla su impulso sexual destructivo.

La criatura y el gusano son devoradores: el primero consume la vida y la voluntad, el segundo, el remordimiento, abre paso al cuestionamiento y la superación.
El planeta ha sido parcialmente destruido.

La escena final es el encuentro luminoso con la mujer del radiador: Henry encuentra un refugio de belleza y plenitud en medio de la devastación: es un hombre libre, ha vencido a su pene. Pero hay que enfatizar que la luz artificial no es vencida por una luz natural: la naturaleza original está perdida. El resplandor de la mujer del radiador es la belleza misma dentro de este mundo inhóspito en el que vivimos, porque la hay, pero también es un refugio individual, una esperanza en Henry, un ser que se vierte sobre sí mismo (como señala el gusano) para superarse. Tiene pues algo de milagroso, un misterioso milagro el del hombre que, en medio de la más absoluta devastación humana y natural, logra la iluminación hallando belleza en un calefactor. Belleza surrealista en su máximo esplendor.

3 comentarios en «Eraserhead de David Lynch: Análisis e interpretación»

  1. Tu análisis es perfecto!!!.
    Me acababa de ver la película y no entendía porque a la gente le gustaba tanto porque no había comprendido absolutamente nada, pero tras leer esto me he dado cuenta de que es una obra maestra del cine. Muchas gracias!!!

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  2. Fue un gran análisis, tenía ciertas ideas «acertadas», pero con tu análisis las he aclarado, pero tengo una duda, en lo literal de la historia, ¿El bebé es real ? O es representado así por la mente de Henry y hay un bebé ( niño) real ahí. Gracias por tu análisis .

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